sábado, 23 de mayo de 2009

Luz compartida


Un filósofo de oriente, contó a sus discípulos la siguiente historia:
Varios hombres habían quedado encerrados por error en una oscura
caverna donde no podían ver casi nada. Pasó algún tiempo, y uno de
ellos logró encender una pequeña tea, pero la luz que daba era tan
escasa que aun así no se podía ver nada. Al hombre, sin embargo, se le
ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de los demás
prendiera su propia tea, y así, compartiendo la llama con todos, la
caverna se iluminó.

Uno de los discípulos preguntó al filósofo: ¿Qué nos enseña, maestro,
este relato?

Y él contestó: "Nos enseña que nuestra luz sigue siendo oscuridad si
no la compartimos con el prójimo. Y también nos dice que el compartir
nuestra luz no la desvanece, sino que por el contrario la hace
crecer".

El compartir nos enriquece en lugar de hacemos más pobres. Los
momentos más felices son aquellos que hemos podido compartir. Que Dios
nos dé siempre la luz para iluminar a todos los que pasen por nuestro
lado.

La verdadera amistad, es flor que se siembra con honestidad, se riega
con afecto y crece a la luz de la comprensión. Si una vela enciende
otra, así pueden llegar a brillar miles de ellas. De igual modo si
iluminas tu corazón con amor, puede que ilumines miles de corazones.

Un fósforo es un objeto aparentemente insignificante pero tiene un
gran poder: Puede encender miles de luces, pero para lograrlo tiene
que arriesgar su cabeza.

¡Arriésgate a compartir tu luz, tu tiempo, tus conocimientos, tus
tus sentimientos!

1 comentario:

silvina soul dijo...

muy lindas publicaciones,besos...Silvina