jueves, 10 de febrero de 2011


La incógnita, la promesa y la posibilidad
natural que existe en cada recién nacido
nos recuerda lo que en nosotros hay de
divino... divino en razón... en temor... y
en imaginación...
...cuelga sobre la cuna como un arco iris...
Hay magia y misterio en ese delicado
montoncito de carne humana....posee
talento dentro de esa diminuta cabecita...
crece y aprende... en su rostro se refleja
la belleza del mundo... duerme con la
inocencia de la nieve... se enfurece con la
autoridad de Júpiter.... y en su valiente
puño, que empieza a desarrollarse...crecerá
para conducir el arado... dirigir las naves...
sanar al enfermo...gobernar a las multitudes...
y quizá hasta para indicar el rumbo de un
nuevo mundo... más feliz.....

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