sábado, 2 de abril de 2011


Recuérdame, atesórame en tus memorias.
Llora si es necesario para ti manifestar una emoción, pero sigue viviendo tu vida. No te detengas ante el dolor, convierte tu debilidad en fuerza. No permitas que la furia se instale en la morada de tu alma, no dejes que la amargura desarrolle raíces en ti.

Mi muerte es solo un paraje de descanso, pero tú debes continuar el viaje, seguir transitando el tren, vivir tu vida completa. No es deteniéndote que honrarás mi memoria. Ni me guardarás luto vistiendo de negro, sino intentando cada día ser una persona mejor y tratando de edificar tu propia felicidad.

Como no fui perfecto y cometí muchos errores, intenta tú aprender de mis fracasos y dolores para que no te sucedan a ti. Supérate ante los retos y no olvides nunca la importancia de sonreír. Recuerda que toda tormenta pasa y aunque yo ya no estaré presente, queda Dios y él es todo lo que tú necesitas para sobreponerte al dolor y las pruebas y salir hacia adelante.

No hay comentarios: