sábado, 27 de agosto de 2011


Deja que la Vida me enseñe, a navegar por estos mares inciertos, entre tanta soledad.
Deja que la Vida me muestre, el rumbo que marca el timón de la inmortalidad.
Mis pasos son firmes sobre la Tierra, el Sol acaricia mi alma.
Voy caminando sin miedo porque lo importante no es el camino o lo que queda para llegar, sino mis pasos al andar.
La Tierra sujeta mis pies, el Aire regala fuerza y vigor a mi cuerpo, fluyo hacia delante como agua en el río, y el Calor envuelve mi corazón.
Buscando la tierra, caminaron mis pies... buscando el cielo, volaron mis manos... buscando tu querer, encontré mi alma... buscando la verdad, clareó mi ser... buscando mi origen, ya no se detendrá mi espíritu.

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