jueves, 25 de agosto de 2011


Sutilmente llegaste un día a mi vida
tu ley fue, paciencia y perseverancia,
para llegar a conquistar mi alma,
estabas siempre a mi lado.

Con el tiempo llegó el momento de amarnos,
me diste a conocer tu cuerpo…
al tiempo que descubrías el mío,
Llenándolo de sublimes besos.

Poco a poco nos acoplamos,
al compás del mismo movimiento,
penetraste en mis recónditos rincones,
apagando la sed que tenia mi cuerpo.

Fundidos en un solo ser…
llegamos a sentir el mutuo placer,
en una noche loca de pasión,,
donde dijimos “SI” al amor.

Fue tanto el frenesí de los dos,
que hasta las estrellas cambiaron de color,
se sonrojaron de tanta amor…
como contemplaron entre tu y yo.

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