jueves, 1 de septiembre de 2011

"Almas con derecho a réplica" por Valeria Andrea Lippi.- Un cuento para reflexionar.-


Había una vez, una señora alta y delgada, de cabellos castaños y un tanto mandona.

Según cuenta la leyenda...

Ella era una chica común, como cualquier otra niña de su edad. Con sueños, con ganas de crecer entre amigos, de tener su primer beso. Soñaba, como todos soñamos algun vez...

- Cuando sea grande quiero ser.... - y una larga lista de profesiones y oficios enumeraba, diariamente.

Pero una tarde de tormenta, ella justo se encontraba camino a su casa y tuvo la mala suerte de tropezar con las baldosas levantads de una vereda bastante descuidada y calló desplomada contra el piso. Su cabeza golpeó muy fuerte contra el cordón y acto seguido una bicicleta la llevó por delante.

Los médicos llegaron con mucha demora. Tristemente el tiempo de espera contribuyó al agravamiento del cuadro.

Una vecina que conocía a la niña aseguró: - Esa mirada ya no es la de antes- La pequeña se había transformado, extrañamente en un ser raro. - según definió la mujer.

Los años transcurrieron, se podría decir de manera normal para la niña que ya era toda una adolescente.

Y como la vida no se detiene y el tiempo avanza, la niña que fuera adolescente y hoy ya una señora solo conservó de la niñez absolutamente nada. Esa mirada dura y un carácter áspero surgieron como consecuencia del infortunado accidente en la vía pública.

Dicen que la mujer de dura mirada, una tarde sentada en los jardines de su mansión, pudo ver detrás de la ligustrina divisoria una niña que procuraba espiarla pero se escondía.

La mujer sin dudar dejó la revista sobre la reposera y casi corrió al encuentro de la curiosa niña.

Pero al observar a traves de las verdes ligustrinas nada encontró.

- Hubiera jurado que alguien estaba aquí!!- dijo de manera decidida la mujer.

- Acá estoy señora- dijo una tímida voz detrás de ella.

La mujer se asustó y se giró rapidamente, quizá con temor debido a que se encontraba sola en sus verdes espacios de recreación.

- Hola!!- dijo con un hilo de voz la pequeña.

La mujer no pudo contestar, solo la observó con asombro.

- Era yo quien la espiaba del otro lado, señora-

La mujer sentía que se le aflojaban las piernas.

Estaba viéndose a sí misma.

Contra las ligustrinas la observaba pasmada y procuró decir con voz entre cortada: - Cómo... cómo te llamas?-

La niña la observó con mirada desafiante.

- No lo se. Piense el nombre que prefiera usted. - y la miró fijamente.

- Te pareces tanto... - intentó decir la mujer pero la niña la interrumpió.

- ¿A usted? - dijo desafiante -¿Antes de su accidente?- interrogó.

La mujer sentía que sudaban sus manos de los nervios que le generaba la situación. Aunque mostrándose como la mujer que era respondió: - Sí, querida, te pareces a la niña pequeñas llena de sueños, sin ambiciones desmesuradas, ni desesperación por llegar lejos cueste lo que cueste...- las palabras se agolpaban en la boca de la señora por salir de manera desesperada.

- ¿Y dónde está?- cuestionó la niña como una amenaza.

La mujer calló de repente y la observó...

Luego de unos segundos de silencio, dijo: - No lo se!, NO LO SE!!- gritó desesperadamente mirando a su alrededor como deseosa de borrar aquella vereda que le costara un golpe y en consecuencia fuera el detonante del cambio en su persona.

- No lo se!!!!!!- volvió a repetir observando su verde parque que de pronto se había convertido en una triste concregación de niños, niñas, jóvenes, adolescentes, hombres, mujeres, embarazadas, dscapacitados, y personas mayores, que al igual que la niña la observaban esperando una respuesta.

La mujer sintió desplomarse en el suelo, quedando la ligustrina cual respaldo flojo que procuraba sostenerla.

La pequeña entonces se agachó, y poniéndose a la misma altura de la mujer y le dijo:

- Usted no sabe donde quedó su alma de niña, peor nosotros- dijo con los ojos llenos de lágrimas y agregó: - Sólo somos el número indefinido de seres con derechos robados, con ilusiones secuestradas y sueños truncos-

- Pero...- intentó decir la señora.

- Pero- la interrumpió la niña - siempre hubo y sigue habiendo un pero que demora a la mano justa que venga a reivindicar estas almas que pululamos en su mundo. Mundo que era el mío y el de ellos. Mundo que nos robó la inseguridad, la burla a los individuos comunes y simples que crecíamos con el sueño de ser-

La mujer rompió en un llanto desgarrador.

Qizá por vergüenza tapó su rostro con ambas manos, e intentando controlarse elevó la mirada...

La niña y los demás ya no estaban...

Procuró ponerse de pie de manera inmediata sentía que necesitaba respuestas urgentes para lo que acababa de vivir. Sabía extrañamente que las almas que habían estado allí hacía un momento también tenían la necesidad de respuestas urgentes.

Los gritos de la calle la asustaron. Corrió rumbo al interior de la casa, como buscando un refugio seguro.

Espiando por la ventana que daba a su vereda de florido jardín pudo observar a un grupo de personas en procesión que al grito de - JUSTICIA!!!!!- caminaban cada uno de ells con palos y estos en los extremos llevaban pegadas fotos de personas...

-NO!!!- gritó la mujer al observar las fotos.

Fin

Valeria Andrea Lippi

No hay comentarios: