domingo, 27 de enero de 2013


Reflexión.
Publicada por...
PastoralS.J.

QUE NO NOS FRENE EL TEMOR.

No es fácil dar algunos pasos. No es fácil tomar decisiones, arriesgar al elegir unos caminos… Asusta meter la pata, equivocarse, perder unas oportunidades por tirar por unos caminos y no por otros. Y esto ocurre en algunas dimensiones cotidianas (hacer un plan con los amigos, gastar dinero en esto o en esto otro…); y ocurre en cuestiones más importantes, de esas en las que te lo juegas todo: ¿Qué carrera elijo? ¿Ha llegado el momento de casarme? ¿Me estará llamando Dios a la vida religiosa? Estas u otras preguntas asaltan, en diversos momentos, y nos zarandean, inquietan y remueven. Pero que no dejemos de vivir por miedo a decidir.

¿Y SI ALGO SALE MAL?

«Adán contestó: te oír en el jardín, tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí» (Gen 3,10)Solo el que arriesga puede perder… pero quizás solo el que arriesga puede ganar también. ¡Ojo! esto no quiere ser una invitación a lo temerario, lo insensato o lo ridículo. Pero sí quiere ser un grito contra la seguridad que nos impide movernos. Claro que en la vida pueden salirme mal muchas cosas. Y si llega ese momento, tendré que levantarme, quizás con alguna magulladura, y seguir caminando. Pero es necesario salir a terreno abierto, allá donde todas las certidumbres se difuminan un poco, y poner en juego alma, vida y corazón.
¿A qué tengo miedo?
¿Tengo decisiones pendientes en mi vida?.

CAUTIVERIOS


«Me ha tapiado sin salida, cargándome de cadenas» (Lam 3,7)Así que, a veces, necesitamos sacudirnos las inercias y las seguridades. Porque hay prisiones que son evidentes, y de ellas queremos salir. Pero hay otros encierros más sutiles que también van minando la propia historia, aunque de forma más sutil: Las habladurías, el marujeo, la incapacidad para vivir relaciones afectivas profundas, la frivolidad como forma de lidiar con las circunstancias, la esclavitud por la imagen, el temor a ser criticados, la falta de tiempo para lo importante porque uno anda siempre a prisa…
¿Cuáles son las celdas que pueden impedirme vivir en plenitud?

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