Un
maestro oriental, cuando vio cómo un escorpión se estaba ahogando,
decidió sacarlo del agua. Cuando lo hizo, el alacrán le picó. Por la
reacción al dolor, el maestro lo soltó y el animal cayó al agua, y de
nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez y otra vez
el escorpión le picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone... ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua le picará?". El maestro respondió: "La naturaleza del escorpión es picar y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".
Cogió una hoja y ayudándose de ella, sacó al animal del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.
Algunos persiguen la felicidad... otros la crean.
—Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone... ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua le picará?". El maestro respondió: "La naturaleza del escorpión es picar y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".
Cogió una hoja y ayudándose de ella, sacó al animal del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones.
Algunos persiguen la felicidad... otros la crean.
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