lunes, 10 de noviembre de 2014

No hacen falta ojos para ver más allá.
Basta con que cierres tus párpados,
para que aparezcan tus ilusiones,
tus esperanzas, tus motivos para luchar...
Lo importante está en ti, adentro,
esperando que te animes a mostrarlo.
No te fijes en los demás.
Haz lo que a ti te parece,
sin bajar la vista ante nadie.
Tu voluntad puede transformar
tus lágrimas en sudor,
tu desgana en sacrificio,
tu duda en convicción.
Te permite pararte después de cada tropiezo
y hace que tus problemas dejen de serlo.
Si no ves la fuerza que hay dentro de ti,
el que estás ciego eres tú.

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