
Si la felicidad consiste en virtuosa actividad,
debe ser la actividad de la más elevada virtud o, en otras palabras,
de la mejor parte de nuestra naturaleza.
[...] Así, concluimos que la felicidad alcanza
hasta donde llega la facultad de pensar, y cuanto mayor sea la
facultad de pensar de una persona, mayor será su felicidad; no como
algo accidental sino en virtud de su pensamiento, pues éste es noble
por definición. Por ende, la felicidad tiene que ser una forma de
contemplación.
ARISTÓTELES................................**grace**
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