jueves, 11 de marzo de 2010

Gustavo Adolfo Becquer


Gustavo Adolfo Becquer

Sacudimiento extraño
que agitan las ideas,
como huracán que empuja
las olas en tropel;

murmullo que en el alma
se eleva y va creciendo
como volcán que sordo
anuncia que va a arder ;

deformes siluetas
de seres imposibles ;
paisajes que aparecen
como un través de un tul;

colores que fundiéndose
remedan en el aire
los átomos del iris
que nadan en la luz

ideas sin palabras
palabras sin sentido;
cadencias que no contienen
ni ritmo ni compás;

memorias y deseos
de cosas que no existen ;
accesos de alegría
impulsos de llorar;

actividad nerviosa
que no halla en qué emplearse ;
sin rienda que lo guíe
caballo volador ;

locuras que el espíritu
exalta y enardece
embriaguez divina
del genio creador...
¡ Tal es la inspiración !

gigante voz que el caos
ordena en el cerebro,
y entre las sombras hace
la luz aparecer ;

brillante rienda de oro
que poderosa enfrena
de la exaltada mente
el volador corcel ;

hilo de luz que en haces
los pensamientos ata;
sol que las nubes rompe
y toca en el cenit ;

inteligente mano
que en un collar de perlas
consigue las indóciles
palabras reunir;

armonioso ritmo
que con cadencia y número
las fugitivas notas
encierra en el compás;

cincel que el bloque muerde
la estatua moldeando
y la belleza plástica
añade a la ideal ;

atmósfera en que giran
con orden las ideas,
cual átomos que agrupa
recóndita atracción ;

raudal en cuyas ondas
su sed la fiebre apaga;
oasis que al espíritu
devuelve con vigor...
¡ Tal es nuestra razón !
Con ambas siempre en lucha
y en ambas vencedor,
tan sólo el genio puede
a un yugo atar las dos.
**grace**

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