martes, 23 de noviembre de 2010


Este es el tiempo en que llega,
Esposo tan de repente,
Que invitas a los que velan,
y olvidas a los que duermen.

Salen cantando a tu encuentro
doncellas con ramos Verdes
y lámparas que guardaron
copiosos y claro el aceite.

¡Cómo golpean las necias
las puertas de tu banquete!
¡y cómo lloran a oscuras
los ojos que no han de verte!

Mira que estamos alerta
Esposo por si vinieres
y está el corazón velando
mientras los ojos se duermen.

Danos un puesto en tu mesa
Amor que a la noche vienes
antes que la noche acabe
y que la puerta se cierre.

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