NOS TRAEN LA PLENITUD DE VIDAEl Arcángel Zadquiel es la conclusión del Camino de los Arcángeles: la Plenitud Interior, que se manifiesta en Plenitud de Vida. Viene acompañado de la Arcangelina Caridad, la virtud que da el sentir esa plenitud de vida: compartir la conciencia conquistada con los demás, para ayudarles a ser libres también.
Es para mí una bendición que este arcángel tan esquivo, pero sonriente y alegre, me haya venido a ofrecer la Copa de la Plenitud Interior, que según parece me he merecido plenamente. Es gracias a haber alcanzado esa plenitud interior, junto a mi amado Igneón, que ahora este querido Arcángel y su Arcangelina pueden salir a la Conciencia Humana, con las cualidades que portan.
Es solo cuando Igneón y yo alcanzamos el equilibrio entre el sentir, el actuar y el comprender que él vino sonriente. Esto fue en febrero, justo después de que viniera el Arcángel Gabriel a hablarnos.
Zadquiel solo puede aparecer en nuestras vidas, cuando hemos alcanzado el equilibrio que nos aporta Gabriel. Él es la contraparte de Gabriel, así como Raphael es la contraparte de Mikael.
Las personas que nos han acompañado en las sanaciones y que han llegado a ese equilibrio interior que les permite no oscilar de un extremo a otro entre su sentir y su actuar, que no se quedan en el sentir solo o en el actuar sin sentir, sino que sienten y actúan lo que sienten para que después les llegue la comprensión, son aquellas que han concluido el Camino de los Arcángeles con éxito.
El premio lo trae Zadquiel, con su copa de plenitud interior, que nos permite sentirnos satisfechos por lo alcanzado, comprendiendo todo lo vivido y queriendo compartirlo con los que nos rodean, extendiendo el orden interior alcanzado a nuestro entorno, de forma natural, porque ya sabes lo que es la Verdad y no te cuesta discernirla de la mentira, por lo que adquieres una libertad interior que no conocías, que no puede por menos que evidenciarse en tu exterior, enriqueciendo tu propia vida y la de todos aquellos que también quieran vivir en la Verdad, en el Amor.
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